Siempre me ha gustado el arte. Es una pasión que me ha inculcado mi padre desde que era pequeña, al cual se lo agradezco. Las pinturas, eculturas, fotografías, arquitectura... son miradas particulares del mundo que nos rodea. Un artista, que generosamente nos regala su arte, en cada obra nos está regalando un poquito de si, se desnuda ante nosotros y nos muestra lo más íntimo de sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces, ellos con su arte son capaces de expresar lo que los demás ni siquiera sabemos o nos trevemos a decir, y muchas veces ni a pensar.
A mi me enseñaron a amar el arte y a apreciarlo desde pequeña. Eso mismo quiero hacer yo con mis hijos. Desde que nació mi segunda hija no había vuelto a ir al mueso del Prado. Y este fin de semana me he buscado una excusa para volver: tenía que comprarle un regalo de cumpleaños a una buena amiga y quería ir a la tienda del mueso.
Es agradable comprobar que algunas cosas no han cambiado. Existe una horta a partir de la cual la entrada es gartuita y, lo mejor de tod, sin colas. Si tenéis la suerte de vivir en Madrid como yo, es mejor disfrutar del Prado en dosis pequeña, y así siempre tendrás ganas de volver; y si vas con niños, que decir, más de una hora para ellos, algo que estaba siendo divertido se convierte en una tortura. Pues la entrada al mueso del Prado es gratis a partir de las seis de la tarde (el museo cierra a las ocho; y abre de martes a domingo) y a partir de las seis y cuarto - seis y media no hay colas.
Espero que os sirva esta información.
Hasta luego
Una mamá en apuros
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